Antes de hablar sobre aborto en cualquier espacio y conversación, deberíamos iniciar respondiendo la siguiente pregunta: ¿a qué nos referimos cuando hablamos de aborto seguro?, ya que lo más probable es que en una misma charla haya diversas opiniones sobre el tema, pero también dudas, prejuicios, mitos y desinformación.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aborto es la interrupción del embarazo cuando el producto todavía no es viable fuera del vientre de la mujer o persona gestante. Muchas veces se piensa que para que sea un aborto seguro, el procedimiento debe realizarse de manera quirúrgica por un profesional de la salud, en una clínica u hospital; sin embargo, desde hace varios años es posible realizarlo en casa en el momento que tú decidas.
Para comenzar a hablar sobre el aborto en casa hay que aclarar una de las dudas más frecuentes alrededor de este tema:
¿Cómo es que se puede interrumpir el embarazo con medicamentos?
El procedimiento con medicamentos se lleva a cabo desde hace muchos años, aunque debido a la pandemia por Covid-19 ha adquirido mayor difusión.
Actualmente, existen 2 opciones para interrumpir el embarazo con medicamentos: usando el régimen combinado de misoprostol y mifepristona, o usando exclusivamente misoprostol. En este blog hablaremos de la segunda opción.
El misoprostol es un medicamento absolutamente seguro, indicado y autorizado por la OMS para interrumpir el embarazo. Al tomar misoprostol se producen contracciones en el útero y se provoca la dilatación del cuello uterino, esto permite la evacuación del producto del embarazo en los días siguientes. El procedimiento no es invasivo -es decir, no requiere de instrumental clínico, ni debe realizarse en un hospital, centro de salud o por un profesional de la salud- y el riesgo de complicaciones es mínimo.
La dosis de misoprostol recomendada para lograr un procedimiento seguro de aborto consiste en tres tomas de 4 pastillas de 200 microgramos cada una (en total 800 microgramos por toma), con tres horas de diferencia entre una toma y otra. En México, el misoprostol se puede comprar en farmacias, incluso sin receta médica. Su costo es menor a los 700 pesos mexicanos.
Aunque el dolor es relativo, las mujeres han referido dolor después de tomar el misoprostol, este dolor es similar al de un cólico menstrual, sin embargo, este será más intenso y prolongado, por lo que puedes tomar analgésicos como el ibuprofeno (400 a 800 mg), naproxeno (500 mg) o ketorolaco (20 mg) una hora antes de iniciar el procedimiento.
También puedes utilizar una bolsa de agua caliente para el abdomen y tener un ambiente de apoyo (con personas que estén dando seguimiento a tu proceso, que te ayuden en caso de alguna complicación, o que te auxilien en caso de que tengas que ir a una clínica; con las que cuentes para cualquier cosa que necesites durante el proceso).
Por otra parte, aunque la evidencia clínica y científica muestran que las complicaciones con misoprostol son muy pocas, es mejor estar preparadas por si algo llega a ocurrir, por lo que te recomendamos contar con los números telefónicos de clínicas especializadas, organizaciones y/o redes de mujeres que guían y asisten a las mujeres durante la interrupción del embarazo y que podrán apoyarte en caso de alguna emergencia.
Te compartimos un video donde se detalla cada paso del procedimiento.
¿Y es efectivo? La respuesta es sí.
Diversos estudios internacionales han comprobado que el misoprostol tiene una tasa de efectividad del 84% al 87%, entre la semana 9 y 13 del embarazo, y cuando se tienen menos de 8 semanas de gestación el nivel de eficacia puede ser del 92%. Así que, una vez que hayas tomado la decisión, mientras más pronto lo hagas, es mejor.
El procedimiento puede realizarse sin supervisión médica hasta las 10 semanas de gestación, después de la décima semana necesitas el acompañamiento de un profesional de la salud.
Gran parte del éxito del aborto en casa con misoprostol consiste en que estés totalmente informada y segura de interrumpir el embarazo de esta manera.
Al abortar con misoprostol no sólo tienes la libertad de decidir sobre tu cuerpo y futuro, también tienes la posibilidad de elegir en qué momento deseas que ocurra la expulsión y definir cuando estés lista, tranquila, segura y acompañada, si así lo prefieres.